21/10/2014

Lola

El otro día vimos lo que se conoce como la primera peli de Jacques Demy, Lola. La presentó Agnes Varda que habló del azar en el mundo del cine, de cómo todo pasa por casualidad y del placer de ver la sala llena. Una sala no lo suficientemente llena para mí. Me gusta ir a la filmoteca y no suelo quejarme porque, a pesar de una programación poco arriesgada, me salva la vida a menudo y es barata. Creo que siento cierta tristeza, cierto desapego con ese gran edificio con tan poca actividad y tan poco cercano al barrio. Mi abuelo paterno, que nació y creció en la calle Hospital, alucina cuando le enseño fotos de la actual filmoteca y le desbordan sus recuerdos de otros tiempos, aparentemente más oscuros que los del Chino de ahora. 
Me gustaría trabajar ahí, cambiaría muchas cosas, comería en un bar de prostitutas con Agnes Varda y haría de las ideas de mil pelis, una realidad.

1 commentaire:

Zaida Carmona a dit…

Me ha emocionado. Bueno, en realidad, siempre me emociona leerte. Y me ha encantado esa historia de tu abuelo de calle Hospital, quiero saber más. En mi calle la vida está, oscura y ansiosa. Yo te pido que hagas películas, que hagas vida y todas esas cosas que sabes hacer tan bien y que hacen que todo esto valga mucho la pena.