Pensando cada día cada hora en lo que se ve, en lo que ves tu, en lo que ves entre las cortinas por la mañana, en meterte mano, en lo mínimo, en lo que me espera. Que queréis que os diga, las condiciones externas a esta película no sé cómo contarlas, pero fué un desastre y, como todo desastre, se enganchó a nosotros como algo por lo que seguir viviendo. Así que nada, Gordard en 3D. Mareo y aplausos, nada nuevo, sólo la certeza de que no hay que intentar contar lo que no vemos, sino contar el hecho de no ver bien. Y ahí voy a pasar el resto de mis días, con suerte y una entrada de más.
10/10/2014
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