Querido Eugene Green,
Lo hemos intentado
pero no hemos conseguido quedar nunca. Es difícil saber si te gusto o no, si
has encontrado la verdad en algo de lo que te dije ese día. Me pregunto si no
me llamas nunca porque no puedes o porque no quieres, se hace imposible
descubrirlo, pues sabes que no estoy aquí, sino en la realidad de tus películas
y de las mías.
La escena en la
que Sara y Pascal se encuentran en el puente bien podría estar escrita aquí. O
bien la de Toutes les nuits en la que la profesora y el chico tímido se cruzan
por la calle en una esquina sin haberse visto en persona y no se paran. Eso
está escrito seguramente en algún lugar. ¿Cómo llegas tan al fondo de las
cosas? Le he dicho a Marc que si alguna vez dirijo una peli saldré en ella
siendo camarera, cómo en algunas de las tuyas y en la suya. Me gustaría ir
también al Andorra, un bar que tiene Kaursmäki con su hermano en Helsinki y que
está al lado de la Filmoteca de allí. Nunca fui al cine en Helsinki aunque sí
en Jyväskylä, mientras viví en Finlandia. Una vez me quedé a dormir en un
hostal cerca de la estación central, que sale preciosa en una de sus pelis, por
cierto, con un novio francés que tuve. Sí, por culpa del cine me eché incluso
un novio francés, estando yo en Finlandia, rodeada de hombres nórdicos maravillosos
a los que nunca conseguí entender mucho, todo hay que decirlo.
Te preguntaba
pues, que cómo llegas al fondo de las cosas. Me resulta alucinante la capacidad
que tienen tus pelis de condensar toda la pintura y la música y las palabras en
tan pocas (a mí tus pelis se me han hecho cortas) imágenes. Me siento muy
perdida con algunas cuestiones que te contaré en otra de mis cartas, pero creo
que veo la posibilidad de unas cuantas respuestas en las contradicciones que
viven tus personajes. ¿Te gustaría que saliera yo en alguna de ellas? Para mí
sería lo más. Dice Marc que cuando veas el plano del bar o el de la calle con
los gitanos tocando, te voy a convencer. Iremos a Francia y nos hartaremos de
vino tinto hasta acabar llorando por lo que el fascismo está haciendo con los
derechos humanos. No sé de donde saco yo la alegría que tengo últimamente,
porque todo se está poniendo absolutamente feo y en cambio yo, cada vez absorbo
más energía positiva. Espero volver a verte un día. Ya nos encontramos dos veces
gracias al destino y estoy esperando a la tercera. Podría ser la definitiva.
P.D. Me ha llamado
mi madre al salir del cine hoy y al contestar le he dicho "maman" la
primera palabra que aprendí a decir en francés.
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