Otro texto escrito en el tren:
El otro día me encontré a mi amigo Martín en un pase de cortos y le propuse ir ver juntos el ciclo de Pialat en la filmo. Me dijo que a lo mejor Pialat no, y cuando le pregunté si no le gustaba me contestó que ese director le dolía un poco y le llevaba recuerdos a los que no quería volver.
Me pareció importante.
Esta semana estubimos también nerviosas y alegres. Nosotras, las chicas. Me leí dos libros sobre temas muy universales y muy femeninos a la vez y me dejaron rota, sobretodo el segundo de Natalia Ginzburg, que hablaba des la voz de una mujer que espera, como tantas otras, a que su vida tome un rumbo sin ser protagonista ni dirigir el timón.
Fuimos a un par de fiestas de las que sabemos que nos fabricaran recuerdos durante mucho tiempo. En una conocimos a una mujer a la que admiramos, somos fans suyas y a lo mejor ahora también amigas. Nos dió algunas lecciones de las que tomamos nota el día siguiente en un café, mientras pasábamos la resaca y nos abrazamos cantando esta canción.
Le veo una relación a todo. Le veo la canción de nuestra vida y le veo los cambios y las dudas como religión. Veo a las mujeres vivirse aunque sus antecesoras lo tubieran muy complicado y sus pensamientos aún esten limitados por el miedo y por las estructuras sociales en las que les (nos) ha tocado vivir.
Las chicas y las cosas que no pasan. Así empezaría el prólogo del libro, escrito por alguna persona despeinada y exagerada. Cómo yo.
1 commentaire:
<3 Qué maravilla, todo. Nosotras, por lo menos.
touching meeeee, touching yoooouuuuuu
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