06/06/2013

Emancipación real ya

"El dramaturgo de teatro querría que los espectadores vieran esto o sintieran aquello, que comprendieran tal o cual cosa y que sacaran de ello tal o cual consecuencia. Es la lógica del pedagogo embrutecedor, la lógica de la transmisión directa en lo idéntico: hay algo, un saber, una capacidad, una energía que está de un lado – en un cuerpo o un espíritu – y que debe pasar al otro. Lo que el alumno debe aprender y lo que el maestro debe enseñar. Lo que el espectador debe ver y lo que el director de teatro el hace ver. Lo que debe sentir es la energía que él le comunica. A esta identidad de la causa y del efecto que se encuentra en el seno mismo de la lógica embrutecedora, la emancipación opone su disociación. Ése es el sentido de la paradoja del maestro ignorante: el alumno aprende del maestro algo que el maestro mismo no sabe. Lo aprende como efecto del control que le obliga a buscar y verificar esta búsqueda. Pero no aprende el saber del maestro."


Texto extraído de unos de los libros que más me han gustado y servido este curso: "El Espectador Emancipado" de Jacques Rancière, pàgina 20.


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