21/02/2011

Lo que escribí hace un tiempo



Foto dels Becher, proposada per Planas


Los monstruos que perdemos

Camina con dificultad y tiene las pequeñas patas desgatadas por el paso del tiempo. Hace años que dejó el estúpido hábito de correr y, con él, el de tener prisa.

Habla siempre con voz grave y, aunque muchos piensan que se debe a su adicción al tabaco, se trata de una herencia genética que su madre, cantante de cabaret, le dejó.

A veces se detiene, intentando pasar desapercibido por su aspecto rudo y opulento y recuerda cosas de su infancia. Nació con el estigma de los que no encajan en ningún lado y así sigue, después de 112 años, aunque más solo y menos ligero.

Solía tener un amigo imaginario al que invitaba a subir por su escalera y al que le encantaba transportar de un lado a otro, explicándole los accidentes geográficos que juntos conocían, sin apenas ninguna dificultad.

Ahora hemos pasado el monte de los perdidos - decía - le llaman así por su capacidad laberíntica, uno solo se sube si no quiere que lo encuentren jamás. Las mejores estrellas del rock han acabado aquí: Janis Joplin, Jim Morrison, Brian Jones, ya te puedes imaginar...

A menudo ponía él mismo los nombres a las cosas que le rodeaban, incluso no estando seguro de nada. Le parecía absurdo que todo el mundo se creyera las historias escritas, él no sólo podía crear las mejores mentiras, sinó que sabía verlas dónde todo el mundo percibía la verdad.

Las cosas tienes que nombrarlas tu mismo - le decía a su amigo imaginario.

Pronto pasaron los años y el globomonstruo, hijo de una cantante cabaretera, se quedó clavado en el suelo. Las patas le habían fallado ya demasiadas veces, su voz no servía más que para asustar a los peatones que paseaban moribundos por el monte de los perdidos. Se durmió por fuera y nadie sabe del cierto si queda por dentro, algun indicio de vida.

A menudo, niños y lunáticos románticos, le escriben preguntas en sus patas. Dicen que si tiene buen humor, el monstruo inventa alguna verdad para ellos.

1 commentaire:

Pautu a dit…

De petit sempre em fascinaven aquestes boles, de camí a Granollers.
Ara sé que els globomonstruos es diuen propano, i que millor no acostar-s'hi. Mai els he escrit res a les potes, però.