09/04/2013

Reencantar el mundo



- Escucha - me dijo - esto es para tí
Me senté en el borde de la bañera  y leyó.

La vi, un día, saltar cinquenta pasos a la pata coja en la calle, y cuando perdió el aliento, hablaba y jadeaba, a tal punto que hizo del defecto perfección, y de la falta de aliento extrajo su poder.

Anne Wiazemsky, Un año Ajetreado, pàg. 121




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