Sigo entrando aquí a respirar aire puro entre tanta red social. La mayoría esconden tras de si una fachada de hormiguón macizo hecha de las mierdas de un estado mental y social que parece que nos odie, que odie el arte y la libertad, la naturaleza y la sinceridad. Me he dado cuenta de que mi cuotas de felicidad siempre van ligadas a ciertos tipos de enamoramiento. Soy sincera, no quiero que nadie me masajee el ego, soy facilona, soy mediocre. Qué bien me expreso.
Antoine me ha escrito un mail diciendo que no tiene mucho tiempo de conectarse pero que quiere venir a verme con Simon, para comprobar que mi culo sigue en su correcto estado. Me enamoro.
Me refriego por las piernas de Jordi como un gato en celo mientras juega al angrybirds y me parece entender mi sintonía con su mundo de codex y libros de novela policíaca barata. Me enamoro.
Me cruzo con mi padre en el semáforo y fingimos no habernos visto, al poco nos giramos y nos ponemos a reír. Él trajeado, yo con la bufanda que me hizo mi abuela puesta por encima de la nariz. Me enamoro.
Marc viene a casa y preparo un café que huele raro. Me pongo tan dentro de la conversación que se me hace un nudo en la garganta y casi tengo ganas de llorar. En un punto nos reímos y nos damos cuenta de que hemos perdido el hilo, ¿esto a qué venía? Me enamoro.
Hay que hacer menos cosas. Muchas menos. Y enamorarse a la mínima
Ir al teléfono y llamarte, qué planes hay para esta tarde?

Antoine me ha escrito un mail diciendo que no tiene mucho tiempo de conectarse pero que quiere venir a verme con Simon, para comprobar que mi culo sigue en su correcto estado. Me enamoro.
Me refriego por las piernas de Jordi como un gato en celo mientras juega al angrybirds y me parece entender mi sintonía con su mundo de codex y libros de novela policíaca barata. Me enamoro.
Me cruzo con mi padre en el semáforo y fingimos no habernos visto, al poco nos giramos y nos ponemos a reír. Él trajeado, yo con la bufanda que me hizo mi abuela puesta por encima de la nariz. Me enamoro.
Marc viene a casa y preparo un café que huele raro. Me pongo tan dentro de la conversación que se me hace un nudo en la garganta y casi tengo ganas de llorar. En un punto nos reímos y nos damos cuenta de que hemos perdido el hilo, ¿esto a qué venía? Me enamoro.
Hay que hacer menos cosas. Muchas menos. Y enamorarse a la mínima
Ir al teléfono y llamarte, qué planes hay para esta tarde?

1 commentaire:
Es lo más bonito que he leido en mucho tiempo. Me enamoro.
Nerea
Enregistrer un commentaire